Recuerdo la primera vez que oí hablar de un tal Tarantino. Fue en un programa de televisión que presentaba Javier Gurruchaga y que proyectó la escena en la que Michael Madsen le corta la oreja al policía que tiene atado al ritmo de la canción Stuck in the Middle with you, de los escoceses Stealers Wheel. Y recuerdo que pensé: “What the fuck”…
Unas semanas después, tras ver la película quedé definitivamente prendado del cine de Tarantino. Esta sensación se refrendó con su segundo título, Pulp Fiction, y de ahí en adelante ha continuado con ciertos altibajos.
Pero si hay algo que achacarle a este enfant terrible, es la mala influencia que ha tenido su fuck en los doblajes al español de las películas. Podríamos decir que este palabro es la equivalencia a la expresión coño o, más literalmente joder en castellano. Se trata, claro está, de una expresión malsonante que se utiliza de manera visceral al hablar. Por eso, fuck es una expresión corta y seca. Coño y joder también.
Pero hubo un momento, que a un traductor se le ocurrió buscar otra equivalencia. Y la encontró en jodido… Y ahí la jodimos pero bien. Es una expresión mucho más larga y que nos sale de manera poco natural. Prueba a decir “la jodida puerta” en lugar de la “la puta puerta”… ¿Cómo lo ves?
De manera incomprensible, sentó jurisprudencia y hoy nos encontramos con decenas de películas con este palabro tan poco visceral. Da igual que el personaje sea elegante o chabacano, el bueno o el malo, hombre o mujer. El caso es que a los dobladores también se lo han puesto difícil para poder encajar en una sola sílaba lo que se traduce en tres.
Tarantino, sin quererlo, nos jodió (ahí sí está bien usada) pero bien.